Si no lo haces, no es amor del bueno.
Estar en pareja es una cosa muy bella, especialmente cuando empiezan a pasar los años, te conectas de mejor forma con tu amor y… empiezas a perder algunas de las inhibiciones y vergüenzas que probablemente plagaban las primeras citas.
Admitámoslo: ahora ya no hay reglas a la hora de preguntarle a tu amad@ si le parece que hueles mal o para contarle que AL FIN pudiste ir al baño después de tres días de constipación, dolor abdominal y una abstención total de todo tipo de intimidad (porque no vaya a ser que te den ganas JUSTO en ese momento).
¿Qué tiene que ver el amor con las cosas asquerosas?
Que por alguna razón, mientras más amados somos y más amamos, más asquerosos y desinhibidos nos ponemos.
-Cuando le pides a tu amorcito que revise si tu aliento está decente o si tienes que ir a visitar al cepillo de dientes.
-O cuando le preguntas si de verdad no se nota el olor de esa camiseta que usaste sin desodorante el otro día.
-Eso de sacarse los puntos negros o espinillas no sólo es una necesidad: es una diversión especialmente reservada para el fin de semana.
-No falta la ocasión en la que él/ella te termina sacando un pedazo de comida gigante que se te quedó atascado en el diente.
-Al menos una vez han compartido el cepillo de dientes cuando a uno de los dos se le ha olvidado el suyo.
-Si estuviste sin ir al baño 3 días y al fin pudiste ir, tienes que contárselo inmediatamente.
-Tu pareja se ha vuelto experta a la hora de quitarte, a punta de pinzas, uno que otro pelo que sale en un lugar muy extraño.
-Cuando no sabes si esa ropa interior que encontraste en el suelo era de la ropa limpia o de la sucia y tienes que pedir ayuda.
-Y finalmente, cuando comienzan a hacer pipí con la puerta abierta